Contaba la leyenda que hasta que los astros no se encontraran perfectamente alineados, no llegarían a saber lo que guardaban dentro de sí, dejando todo su ser escondido. Así pasó el tiempo, esperando la llegada del milagro.
Pero se cansaron de esperar.
Dejaron a un lado las profecías ancestrales que las mantenían atrapadas e indecisas, y permitieron que la luz entrara, llenándolas. Esa luz encontró su hogar en ellas, de manera que no necesitaron nunca más otra que no fuera la suya propia.
Brilla, brillan brillando
in frame: Mónica Trigo